Amor, pasión, control y al mismo tiempo desenfreno, y entre medio de tus dedos, estamos sin saber que lo somos, un dos y un tres y contamos otra vez, como cuando niños a las escondidas, ahora grito y tú, me miras.
Son colores, sustancias varias, no tienes idea que existo, menos que muero en tus pies. Dios nace y nos regala, mientras tú cuerpo se desplaza, lentamente acariciando el pasto, el dulce y verde prado.
Tú con diecinueve y yo con veinte, tú eres viento y yo la corriente, el mar que nos adormece y en la luna nos inclinamos a escucharla. Cada noche que no nos topamos y por los días nos arrebatamos. Tú caricias y yo silencio, tu un sueño y yo el que duermo.
Y no sé como decirlo ni menos aprenderlo, escribí un estribillo, un hermoso amuleto, como ese de los capuleto, como Romeo y tu Julieta, lo que si que no creo, es que en la muerte nos juntemos …
… Aún reímos y reiremos, y mañana una pequeña flor, así comenzará este cuento, donde el final saldrá a dar un largo paseo …
2 comentarios:
me gusta tu blog, es como tan tuyo.! con tu poesía cotidiana y esas historias de amor, odio, lujuria, me entretiene leer(te), tal vez asi conosca lo que nunca vi en ti. cuidate Pipo.!
¿Por qué el amor tendrá ese efecto de producir sensaciones de "color" (y calor -y frío-)?
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