Nervioso por no darme cuenta que sientes, ni saber siquiera si al verme, vez al pendejo enamorado que ni yo quise conocer o simplemente un loco más que por ti puede estar…
Llega un momento en que no entiendo nada –quizás no quiera entender-. Detengo las miradas y con ellas el tiempo, que por más que avanza no me doy cuenta que estás con el, o conmigo, o con los dos –ese talvez sea mi castigo-.
La verdad muchas pocas veces no suelo escribir sobre algo o alguien que me interese tanto. Debe ser por temor a que se den cuenta que me interesa o puede que también lo sea porque no quiero reconocer lo que tengo en mi cabeza. No lo sé. Poco importa al instante en que me encuentro aquí, en la azotea de un edificio que está por caer.
Mira, vamos a ser sinceros. Yo te miro, tu me miras. Yo te beso y tu no lo hacer nada de mal. Luego, nos volvemos a mirar y me miras diciendo sin decir que no quieres estar acá. Es en ese preciso momento en el que temo que todo sea un miserable sueño. Un sueño, que cuando despierte muera. Con muerte tan grande que me lleve a mi también en su frente.
Más que nada quiero dejar en claro algo. Sí, estoy enamorado. Sí, me gustas demasiado. Y sí, quiero estar mucho tiempo a tu lado.
La pregunta no la haré, ya que sé…que respuesta no tendré.
1 comentario:
Ese tal vez sea mi Castigo.
Me gusta lo que no es perfecto, la incertidumbre, dentro del amor, lo más poético es el sufrimiento y el desamor.
Publicar un comentario