jueves, 19 de junio de 2008

Cuerpo A


Entre vinilos y libros, revistas antiguas y unos cuantos periódicos del Mercurio se mezclaban por hay. Tus fotos se hacían compañía mientras las lagrimas cambiaban la estética de tus principios.

Varios como tantos y pocos como muchos, uno y mil cartuchos de tinta sin abrir, un pájaro en mano y cientos de miles de prados, esos que envejecían con relación a tú voz. Nosotros en la cama caíamos cada vez que podíamos y cuando no, inventamos cementerios para morir por amor. Los dos, entre latas, entre papeles, entre amor y odio infinito, el mismo que nos involucró, el mismo que nos olvidó.
Traté de escribir más de costumbre y se me hizo rutina, increíblemente cierto era que cuando no hablaba de ti eras la misma, una oda al corazón que te llevaste y no devolviste, una canción escrita a mano de tú caricias y mis engaños.
Años pasaron, a la vuelta de la esquina estás. Silencio en la sala, un revoltijo de ganas. Caen las hojas con el viento, suben tus ojos desde el suelo, y el cielo nos recuerda lo hermoso de nuestro recuerdo.
Regálame un saludo que yo te volveré a saludar, regálame un beso, para volverte amar. Una mano toca mi puerta, no tengo ánimo de abrir, a pesar de que seas tú o la misma que me dejó …


… Un invierno descubierto y en verdad era primavera, una mujer que descubrir, un otoño en espera …


… y todo esto para ti.

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