Un lugar sin perdón (parte III)

Mariposa

Mientras el mundo se destruye por si solo ella medita sobre la nada -y el todo- sobre que esté bien o mal o quizás para ser más exactos, si ella existe o nacerá.

“Creo que todo no tiene respuesta y lo que lo tiene no creo que exista, porque es tan simple y vaga la vida, que te levanta tan solo de día. Son cosas que pasan o crees que ocurren, pero no sabes lo que realmente soñaste, deseas objetos y odias el más bello, amas al otro sin saber aquello …”

Solo bastó un segundo para que Dios regalara alegría. Una mariposa detenía su agonía, nace en el cielo sin llegar al suelo todavía, Martina pasmada contempla el espectáculo, mientras el bicho se aprovecha del ángulo.

“Si no quiero llorar y el mundo me obliga, nací riendo y creí que no lo haría. ¿Porqué aceptamos lo que nunca aceptarías y mentimos sin creer que sean mentiras?”

La mariposa sigue su baile y disfruta del ritmo que el viento regala, mientras el tiempo le juega una mala pasada y cuando nos damos cuenta la luna ya se fue a su cama. Martina sin animo alguno despide la velada.

“Prefiero un segundo que el día entero, un beso tuyo que hacer el amor durante un año completo, creo que no es cuestión tan solo de hacerlo, solo que contigo aprendí tal vez lo que todos nombraron como sentimiento”

Martina se levanta con animo de derrota, cansada de si misma camina hacia una distancia corta, ella no sabe donde queda su destino, por lo mismo inventa como todos su camino, y como floja es la vida, todo se acaba al terminar el día …