viernes, 4 de abril de 2008

Un lugar sin perdón (parte V)

Reviviendo

Un rayo del más haya se deja caer en el parpado de Marina y sin temor alguno esta abre sus ojos poco a poco, en un comienzo su cuerpo genera la sensación que está en otro lugar, distinto y sin nada que rescatar, no pasa un minuto para que la niña más linda del mundo logre despertar.

“Espero no volver a recorrer las viejas alamedas, uno espera uno sueña uno de a poco despierta. Espero no volver a recorrer las viejas caretas, esas que lucían soñolientas y decaídas…”

La piel se desprende sin darse cuenta de la sabana, un blanco velo que cubre todo su cuerpo, se cree que es su nube ahora no es más que tela, el terciopelo intrínseco dentro de su propia era. Un primer paso, como nunca jamás dado, entre medio de papeles, lentejuelas y grabados. Un segundo paso con aire de grandeza, sin temor a una caída, más miedo de lo que encontraría.

“Siento el agua sin caer, humedecerme sin querer, con los ojos cerrados igual se puede ver. Camino dos y tres y al cuarto me detendré, a saber lo que es vida a darme cuenta que es de día…”

El cuento sigue pero siempre con un nuevo comienzo, de esos parecidos pero de los que nunca se tiene presentimiento, con miradas vacías entre palabras sin acuerdo, un emisor hacia cuatro paredes que con orejas no se hicieron.

“Si tratamos de explicar lo inexplicable, como piensas que te diré un te amo hasta tarde, si quieres que aprendamos a vivir sin prejuicios, dime cuando o hasta cuando me miraras sin acertijos…”

Cuesta mucho lograr llegar a la puerta cerrada, esa que antes de la muerte de Martina no se encontraba, cuando logra atravesar el umbral de su destino, se da cuenta la niña que en sus ojos está el camino. Martina sin temor logra recuperar, la época perdida que se dedico a pensar, al cruzar por la madera logra retratar, que nuevo es el momento en que nuevamente sufrirá. Ella decaída se da cuenta de lo horrible, pero con una sonrisa afronta lo que no existe.

“Intentamos ceder frente a lo que no debemos, inventamos estructuras que nunca serán juegos, nos convencemos que el mundo es una mierda despojada, no sabemos que la base de la mierda el padre nuestro nos regala, un nombre que siempre será el mismo, en mi caso es Martina, para ti no será distinto…”

Camina hacia la pureza única en la tierra, y mira ten en cuenta que con cloro se atropella…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soñamos despiertos, siempre buscando algo emocionante, algo nuevo; sin embargo, nos quedamos en el ciclo, en lo fácil( que a veces no es tan fácil), en lo conocido.
Es difícil, a pesar de que podamos reinventar nuestra historia, hacerlo del todo.
Yo no estoy tan segura, de que el destino esté escrito en piedra.
Y más que revivir, creo yo, tratamos de sobrevivir.

Fran.